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Mostrando entradas de marzo, 2011

Francisco J., "La mujer"

 La mujer No conocemos su secreto que nos maravilla cada día, sólo conocemos su deseo de concedernos su alegría. Para eso hay que quererse y no andarse con tonterías, siempre con la verdad en la frente para que el amor perdure día a día. Y si es por eso, no te precocupes, que ya sólo, amada mía, tengo ojos para tu ser, ya que por ti me dejo la piel y me desangro cada  día, para así ver un amanecer contigo para toda la vida. Francisco Javier

Celia, Día Internacional de la Mujer

Ella, libre M ientras acaricia las cuerdas de la existencia, pinta un caballo azul sobre un lienzo, o escribe con letras de amor y libertad, mientras observa el mundo desde el balcón, su mirada soñadora no tiene horizontes. Cantad la historia de las mujeres que cambiaron la Historia, la misma que las vestía con el velo de la sumisión. Ojos tapados, boca impedida a gritar, hablar, razonar,          expresarse. Pero cuando él no la ama y la reclama como suya su sangre se desvela con cada golpe y duele cada portazo; su cuerpo se estremece y la frente grita:          No más (no más sufrir, llorar, no más ser víctima). Ella no es oscuras pestañas, no labios rosados, no es cuello esbelto ni cabello dorado, no; porque ella es portento de los días, alma luchando por los sueños y por la palabra Igualdad, defendiendo su derecho a ser. Ella es arte, es música, pensamiento y poesía; ella es mujer, Persona. Ella puede hacerlo todo, porque es Libre. © Celia Gómez,

Irene Valverde, "Diálogo de amor"

DIÁLOGO DE AMOR Amada Quiero que caiga la noche para estar junto con mi Amado, para amarlo y sentir que está junto a mí. Amado ¡Oh, Amada, cuánto anhelo tu calor y tus besos! ¿Cuándo caerá la noche? ¿Cuándo estaré con mi dulce Amada? Oh, bendita noche, espero que caigas ya para estar junto a ella. Amada Sola estoy y sola estaré, quizás no venga mi Amado, tonta soy en esperarlo. Amado ¡Mi amor! Estás ahí, espero que sí, ya que estoy ansioso por subir y estar en tu regazo. Amada ¿Es esa la voz de mi Amado? ¡Sí, esa es! No te vayas, ahora bajo a abrirte la puerta para que entres. Amado ¡Oh, amor mío! ¡Oh, bendita es tu voz al escucharla! Amado y Amada Ya llegó la noche y juntos estaremos esta vez.                                                                 Irene