Un día llegaste a mi lado
y, en un segundo, te perdiste, te marchaste
lejos de mí, me dijiste que yo era todo para ti,
pero después de eso te alejaste
sin darme una breve explicación.
Te costó tanto estar a mi lado
que decidiste marchaste lejos de Madrid.
Y yo ahora me pregunto:
¿por qué todavía no me has dado ninguna explicación?
Y ahora me entero de que te marchaste
porque me querías y temías que yo te rechazara.
Y ahora me vienes con esas cosas y esas palabras
tan bonitas que significan todo para mí:
un ¡te quiero! sin más.
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